La editorial Caligrama publica la quinta obra del periodista y escritor bilbaíno Javier Zuloaga. Los palos que da la vida es la historia de un economista de éxito que, al truncarse su carrera, se ve arrastrado a un mundo protagonizado por grupos antisistema y revoluciones populistas.
En esta novela de ficción, el protagonista, el economista Juan García, tiene una preparación impecable que le hace merecedor de un importante cargo directivo en un banco. A pesar de ello, su reticencia a comprometerse definitivamente con la hija del director hace que le echen del negocio y le veten en todo el sector bancario y económico de Madrid. Este giro le lleva a conocer un grupo de jóvenes antisistema que le ayudarán a ubicarse y abrir los ojos a su nueva y dura realidad.
A partir de aquí, y mediante un blog llamado «Los palos que da la vida», se introduce en un mundo alternativo donde hace una pequeña incursión como grafitero, para acabar haciendo un trabajo para la CIA y desenmascarar a un falso revolucionario a sueldo de grupos económicos que rentabilizan muy eficientemente las desestabilizaciones sociales.
En todo este entramado en el que se ve inmerso el protagonista también toman relevancia las diferentes historias de amor que vive. Desde su romance truncado con Antonieta, la hija del director del banco, pasando por la pasión desmedida que siente por Laia, una joven y atractiva catalana que forma parte de la cúpula del grupo revolucionario donde García debe infiltrarse, y que le dará más de un dolor de cabeza, hasta la azafata que conoce durante su viaje a Buenos Aires con quien comenzará un nuevo amor y una nueva vida.
El libro comienza con el relato de la escalada social y económica del protagonista, su declive y la nula empatía por parte de unos amigos que ya no lo consideran como tal y le dan la espalda. Seguidamente, García, arruinado y sin saber muy bien cómo encarar esta nueva etapa de su vida, se sumerge en un mundo desconocido para él, de la mano de tres jóvenes que no son lo que parecen y de su actividad como bloguero, fomentando la revolución social en Madrid.
Justamente, la alusión a estos movimientos revolucionarios tiene reminiscencias y recuerda, en cierto modo, al movimiento 15M, al igual que el eslogan utilizado en el libro «Sí, sí, la calle es del pueblo», que vendría a ser un símil del ya conocido «Sí se puede». Estas referencias nos invitan a reflexionar sobre las revoluciones sociales y los populismos, en tanto nos dejan una puerta abierta para cuestionarnos si hay intereses ocultos detrás de todo ello. Finalmente, la narración da un par de giros inesperados y sorprendentes que llevan al protagonista a vivir una nueva aventura en tierras argentinas, las Azores, de vuelta a Madrid y París, cerrándose coherentemente los círculos argumentales que permanecían abiertos.
Los palos que da la vida es una obra de fácil lectura, escrita en primera persona, donde el autor pone de manifiesto que una buena preparación académica puede verse supeditada a una mala racha, como le ocurre al protagonista, que sufre en primera persona el tratamiento reservado a los insumisos por parte de la sociedad. También cuestiona los falsos movimientos sociales y los populismos, que aprovechan las situaciones de desigualdad y de injusticia social para fingir que defienden los derechos de los más vulnerables cuando en realidad se mueven por intereses propios o de otros, ajenos a los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad.
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